ENSEÑARLES A SABER GANAR Y PERDER.
En la vida casi todo es competir. Se compite diariamente en la familia, en los estudios, en el trabajo, en los negocios, en el deporte, en la sociedad, en la política, por el dinero, por el amor, contra las enfermedades, contra la conciencia, contra las virtudes y valores humanos, contra los vicios, contra los otros pueblos, etc. En esas competiciones se gana o se pierde, muy pocas veces se empata. Por eso es muy importante aprender a saber ganar y a saber perder.
¿Qué se entiende por saber ganar?
Saber competir y ganar, no es solamente vencer, conquistar, dominar y derrotar a otros. Es, en buena lid, saber alcanzar unas metas para conseguir prosperar, lograr y obtener los objetivos o triunfos propuestos, sin jactancia ni egoísmo.
¿Qué se entiende por saber perder?
Saber competir y perder, no es solamente fracasar, desilusionarse, hundirse, fallar, frustrarse, tener resquemores, tristezas, ni deseos de revancha. Es aprender una lección que si se aprovecha, se puede sacar de ella una buena experiencias e incalculables beneficios. Jugar y perder, callar y pagar.
¿El saber ganar que vicios tiene en contra?
En la vida también hay que saber ganar, sin dejarse llevar por los vicios de: La arrogancia, la soberbia, las trampas, las manipulaciones, los engaños, la furia, la egolatría, la deshonestidad, la inmoralidad, la maldad, la ira.
¿Cómo se aprende a perder?
Se aprende a perder, perdiendo. En la vida hay que saber perder, aunque se haya entrenado muy duro para ganar. En una familia bien estructurada, donde se han practicado por todos, las virtudes y valores humanos, relacionados con el saber ganar y el saber perder, la mente sabe discernir cuando es necesario tener la deportividad, incluso, dejarse ganar por un adversario, no importando que eso suponga la caída de un héroe o de un mito, para los seguidores. La deportividad es una virtud que enaltece a los jugadores, ganen o pierdan y se debe ejercer, de acuerdo con la personalidad de cada uno y las circunstancias del momento.
¿Por qué todos se acuerdan del primero y nadie del segundo?
En algunas culturas muy materialistas, todos se acuerdan del primero y le ensalzan, pero nadie se acuerda del segundo, ignorándolo. El segundo es el primero de los perdedores. Ese es el mensaje que los padres, entrenadores y maestros equivocados, enseñan a sus hijos. Luego así les van las cosas y se sorprenden cuando algunos, por el hecho de ganar, hacen cualquier cosa, buena o mala, legal o ilegal, perniciosa o saludable, sin tener en cuenta los resultados de sus decisiones. De ahí sale la vigorexia, el doparse con el consumo de drogas, los estimulantes, esteroides, etc. para ganar a cualquier precio.
¿Se enseña a saber ganar?
Saber ganar con caballerosidad, es una expresión de respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Esos gestos, la mayoría obscenos, que hacen algunos deportistas cuando ganan, dice muy poco de ellos. El señorío se debe demostrar cuando se gana y cuando se pierde.
¿Se enseña a saber perder?
Saber perder con nobleza, ayuda a fortalecerse mentalmente y a tolerar la hipotética frustración, del hecho de aceptar y asumir con humildad, la victoria ajena. No importa sentirse triste y decepcionado, por el gran esfuerzo realizado, pero nunca debe permitirse reacciones desproporcionadas. La honestidad hace verdaderos vencedores, aunque hayan perdido.
¿Tiene que haber siempre vencedores y vencidos?
En las negociaciones, discusiones, discrepancias o disputas, no se tiene que ganar por encima de todo. En ellas tiene que haber siempre, la voluntad de saber perder si fuera necesario. La buena ética, recomienda que no haya sensaciones ni manifestaciones públicas, de vencedores, ni vencidos. Lo normal es que ambos tengan la sensación, de que han perdido algo o bastante. Ahí es donde todos han sabido ganar y perder.
¿Los padres tienen que enseñar a sus hijos a saber perder?
Los padres que no enseñan a sus hijos a saber perder y quieran que siempre ganen, incluso exigiéndoselo, aunque no se lo han merecido, porque no han hecho los méritos suficientes, ni han competido contra otros o contra sí mismos, están totalmente equivocados. No les inculcan que las cosas, hay que ganarlas con esfuerzo y en la base de devolver con creces lo obtenido, para evitar que al día siguiente, los hijos, continúen pidiendo, sin haberse ganado nada de lo que piden.
¿Pueden exigir los padres a sus hijos, que siempre y en todo, ganen?
Los padres no pueden exigir a sus hijos, que la única alternativa que tienen es la de ganar, siempre ganar y a cualquier precio. Es muy conveniente que los hijos, aprendan a perder, para que pongan a prueba las enseñanzas recibidas de los padres. Los derechos y obligaciones irrenunciables, no se entregan con dignidad y caballerosidad, a no ser que sean arrancados por la fuerza o con violencia. Cederlos sin lucha no es perder, es dilapidar, desatender, degenerar, etc.
¿Deben los padres enseñar a sus hijos a ganar a toda costa?
Eso produce en los hijos la idolatría a personajes y héroes falsos, que muchas veces están drogados o fuera de las leyes morales. Los padres deben recordarles los héroes, que verdaderamente se han entrenado y sacrificado muy duro, para poder ser los mejores, en cualquiera de los campos honrados de esta vida.
¿Qué es la elegancia moral de saber perder y saber ganar?
Los padres deben educar a sus hijos, en la elegancia moral de saber ganar y de saber perder. Enseñarles a ser caballeros en el deporte, en la vida escolar y con los amigos. Al final de todo, es muy duro no saber, ni ganar, ni perder, pues se llega a autodestruirse el propio equilibrio mental, que hay que tener en ambas situaciones.
¿Qué es el victimismo de los perdedores?
Los padres tienen que enseñar a sus hijos, que normalmente la cantidad y calidad del esfuerzo realizado y no la suerte, es lo que está más cerca del ganar y del perder. Cuando se aplaude o se achaca a la suerte por haber ganado, se está quitando valor al esfuerzo necesario para competir y ganar, y se está fomentando el victimismo en los perdedores.
¿Puede enseñarse la grandeza humana y la caballerosidad?
Los padres deben enseñar a sus hijos a tener y demostrar grandeza humana, tanto en la vida familiar, escolar, como social. Tienen que enseñar a ser muy caballeros dentro y fuera de la competencia deportiva, y serlo con naturalidad, generosidad, humildad y tenacidad, habiendo ganado o perdido. Sin perder de vista que, disfrutar de haber ganado y sufrir el haber perdido, deben ser sentimientos muy propios de todos los humanos.
¿Pueden los padres renunciar a educar a sus hijos?
Hay una gran crisis de padres, pues muchos han cedido su irrenunciable labor educativa y referencias morales, a las escuelas, a las pandillas y a los medios de comunicación. Olvidándose de que no hay nada, ni nadie en el mundo del deporte, de la música o de la cultura, que congregue y atraiga tanto a los hijos, como la religión y sus manifestaciones multitudinarias, de seguimiento a sus líderes, pues siempre las personas, tienen un ansia de religión, aunque algunas veces esté adormecida. La antítesis de esas reuniones religiosas, son las que hacen para seguir a los falsos ídolos, que suelen conllevar el beber, fumar, drogas y sexo.
¿Es importante el papel de los padres en enseñar a los hijos a saber ganar y a saber perder?
Los padres tienen que enseñar a sus hijos, el aprender a ganar, pero que la vida no es un camino de rosas, para que no se crean, más de lo que son y cuando llegue, acepten el perder, no creyéndose ni más ni menos, de lo que son. Enseñarles a tolerar la frustración, de saber perder con dignidad, y en su caso, a saber sobreponerse. También enseñarles el valor del sacrificio, del esfuerzo y del trabajo duro y constante, en su formación y en su autodominio, el cual se forja con el trabajo duro y callado, sin importar, si se gana o si se pierde.
¿Es importante aprender a solidarizarse con el adversario?
Los padres tienen que enseñar a sus hijos, a que midan sus reacciones cuando ganan y cuando pierden. Ello les demostrará hasta dónde están educados, para manejar los sentimientos en sus éxitos y en sus adversidades, y a reconocer el mérito de los que se esfuerzan, aunque hayan perdido y no solamente, de los que ganan. Deben aprender a ser congruentes, con lo que se dice y con lo que se hace y tanto, cuando se gane o se pierda, hay que solidarizarse con el adversario.
¿Hay que aprender de los errores propios y de los ajenos?
Los padres tienen que enseñar a sus hijos, a examinar su comportamiento, para conocer lo que tienen que mejorar o suprimir, tanto en el deporte, como en la actitud ante la continua competición de su vida familiar, escolar y de amistad. Analizar la posible frustración por haber perdido, o la arrogancia de haber ganado. Aprender a jugar limpio y a evitar las quejas y protestas, aceptando las decisiones de los padres, maestros o árbitros. Seguir luchando por la victoria, con ilusión y honestidad, aprendiendo de los errores propios y ajenos.
¿Es fácil la vida?
Los padres tienen que enseñar a sus hijos, que la vida no es fácil, y que tienen que acostumbrarse a que, cuando pierdan, sepan sobreponerse y tolerar la frustración. Asumiendo todo lo relacionado, con la victoria y la derrota. Son lo que son y tienen que acostumbrarse a convivir con sus virtudes y defectos, éxitos y fracasos, siempre intentando mejorar. Es muy duro aceptar la derrota, pero mucho más duro es ganar con trampas, pues el remordimiento de conciencia, puede ser para toda la vida.
¿Hasta dónde se debe saber ganar en los negocios?
En los negocios, también es fundamental el saber ganar y saber perder. Saber dejar ganar a otros, el último centavo, no se debe interpretar como perder o dejar de ganar. El hacerlo puede disminuir el riesgo, de perderlo todo. La avaricia en los negocios, hace que muchas veces quieran ganar por encima de todo y ganar todo. En los últimos centavos del beneficio, está oculto el peligro de la pérdida total. No se pierde solamente el último centavo, sino que pueden perderse, todos los anteriores que se habían ido ganando. El saber decir, aunque cueste hacerlo: Hasta aquí hemos llegado y no vamos a ir más lejos. Más vale una retirada a tiempo, que una derrota.
¿Hay reglas morales en los negocios, sobre el saber ganar y el saber perder?
Los negocios se hacen para ganar, dentro de “la ética del beneficio”. Una interpretación de la palabras negocio es “la negación del ocio”. El que no quiera competir y arriesgarse a ganar o a perder, no debe entrar en el mundo de los negocios. Ese mundo no suele tener siempre unas reglas muy claras, ni muy morales, sobre lo que es ganar y lo que es perder. Lo que es, queda reflejado en unos resultados, pero enseña mucho a obrar con cautela, pues los errores se pagan con pérdidas, a un precio muy elevado. Tan elevado como el beneficio, que se quería obtener al ganar. El dinero y otras cosas, son como la materia, ni se crea ni se destruye, solamente se transforma. Unos ganan y otros pierden, lo que había en juego.
¿Hay juegos obligatorios para los hijos en algunas elites sociales?
Los juegos del ajedrez y del Monopoly y sus variantes, son una extraordinaria actividad de inteligencia, que los padres deben enseñar a sus hijos, para que practiquen el saber ganar y el saber perder con deportividad, traducida a las situaciones de la vida real. Estos juegos son obligatorios en la educación de muchos niños y jóvenes, de las elites sociales. Como muchas competiciones, requieren una gran preparación, valentía, prudencia, reflexión, firmeza y medición de los riesgos, antes de entrar en las batallas parciales, para tener certeza de que, se van a ganar. Siempre tener muy bien preparado un plan B, para las posibles derrotas.
¿Pueden ser algunas pérdidas consideradas como semillas para alcanzar beneficios?
En muchas situaciones de la vida, saber perder es de inteligentes, cuando lúcidamente se dice: ¡Basta, ya he perdido suficiente! Se ve que por ahí, no es el camino. Algunas veces saber perder es saber sembrar, para después recoger la cosecha. No solamente en la agricultura y en la pesca, con el macizar, sino en las inversiones de los negocios, que pueden parecer pérdidas, cuando en realidad son inversiones, bien calculadas, que esperan las ganancias, en determinados plazos y condiciones.
¿Se puede perder el tiempo?
Saber perder el tiempo, si se es consciente, nunca es perderlo. Principalmente cuando se emplea para meditar, rezar, orar o poner en orden, la mente y el espíritu de cada uno, o para ayudar a otros.
¿Cuáles son las principales virtudes y valores humanos que hay que practicar para ganar?
Las virtudes y valores, tienen que ejercitarse antes, dentro y fuera de las competiciones, para ganar en buena lid, que sólo se consigue con inteligencia, educación, capacidad de trabajo, tenacidad, constancia, sacrificio, orden, disciplina, grandeza humana, caballerosidad, dando lo mejor de uno mismo, temple moral, buena actitud, etc.
¿Cuáles son los principales vicios que deben procurar eliminar los ganadores?
Los que de verdad saben ganar, nunca deben humillar a los que han perdido, haciéndose los creídos, vanidosos, engreídos, arrogantes, insolentes, etc. Más bien deben dar la imagen de discreción, prudencia, sensatez, sencillez, modestia, humildad, etc.
¿Hay que enseñar a los hijos a reconocer el esfuerzo realizado por los que han perdido?
El hecho de ganar, conlleva el saber reconocer el esfuerzo realizado, por el contrincante, respetándole, alabándole y reconociéndole su mérito al competir. Esto puede ser un referente educativo para los hijos, que ven en sus padres una humana relación, con los que han perdido, bien sea en sus competiciones propias o en las ajenas, en los espectáculos deportivos o en los concursos u oposiciones.
¿Es fácil saber perder?
La industria del dopaje, es la creadora de los ídolos falsos y los héroes de barro, para que los fanáticos, se sientan bien. Está reñida con la ética deportiva y con la buena imagen, de los que compiten honrada y limpiamente para ganar o perder. Los fanáticos son los que defienden ciegamente, con tenacidad desmedida y apasionamiento, creencias u opiniones, deportivas, religiosas, políticas, económicas, etc. Es muy duro para ellos el no ganar, siempre, a cualquier precio. Jamás admitirán que han perdido, pues no saben perder.
¿Es difícil saber perder?
Es muy duro y muy difícil, saber perder con elegancia y respeto hacia el que ha ganado, y felicitarle, agradecerle y reconocerle, que lo ha hecho mejor. Sobre todo si se tienen los sentimientos de disgusto, sorpresa, tristeza, etc. Hacerlo pone de relieve un corazón generoso, noble en los momentos grandes de ganar y en los amargos de perder. En la vida siempre hay alguien, que tiene que ganar, y alguien que tiene que perder. Unas veces toca a uno y otras a otro.
¿Qué es más importante, participar o ganar?
No siempre es correcto decir a los hijos, cuando han perdido: “Lo importante es participar, mucho más que ganar” pues eso les quitaría el estímulo de lucha, superación, preparación, esfuerzo y disciplina. Haciéndoles disminuir el deseo de querer seguir compitiendo. Para algunos esta frase llena de virtud, ha quedado obsoleta y ha pasado a formar parte de la historia, cuando las personas competían en buena lid. Ahora dicen que hay que ganar, ganar siempre y como sea. No se valora a los hijos por el número de veces que han ganado, sino por el número de veces que han perdido, pero han intentado volver a luchar.
¿Se puede buscar una excusa para justificar el haber perdido?
Saber perder es aceptar que la causa pudo ser que el otro era mejor, o que fue una equivocación propia, una falta de entrenamiento, una falta de esfuerzo, una escasez de conocimiento, etc. Pero nunca debe buscarse una excusa, para justificar la pérdida, echándoles la culpa a otros o a las circunstancias. Es mucho más honrado decir: He perdido, que, me han hecho perder.
¿Qué es jugar limpio para ganar?
Hay muchas cosas positivas, detrás de saber ganar y saber perder. Entender lo que es el jugar limpio y ver que hay algo más allá del ganar, a toda costa. Aunque no tengan repercusiones externas, existen acciones que son mucho mejores que el ganar, como es el no aprovecharse, con malas artes o situaciones, de los otros. Esto es muy importante, demostrarlo en todos los ambientes, en la familia, con los amigos, en las competiciones deportivas, en la sociedad, en la política, etc. Si bien parece que hoy todo vale, un gesto de honradez, va muy bien.
¿Está bien querer ganar siempre?
Vivimos en una sociedad muy competitiva, en todos los órdenes de la vida. “Al camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”. Todo el mundo quiere ganar y ser el mejor, comparativamente, con las otras personas. Está muy bien querer ser el mejor, en algunos ámbitos y áreas positivas del quehacer cotidiano, como en: La familia, el trabajo, el estudio, el deporte, las relaciones amistosas, etc. Pero no se debe olvidar el saber perder, pues no siempre salen bien las cosas y a nadie gusta que le humillen, por haber perdido.
Hay una elegancia moral detrás del saber ganar y saber perder, que no se improvisa, hay que enseñarla y practicarla, desde pequeño con los padres, para poderla demostrar, en los momentos fáciles y en los difíciles. Perder una batalla, no es perder una guerra. Siempre quedará tiempo, para levantarse y volver a intentar ganar. No se debe decir a nadie, que no pasa nada por perder, hay que decir, que no se debe sentir derrotado, por haber perdido una vez.
30 SENTENCIAS SOBRE SABER GANAR Y PERDER.
1. De nada sirve al hombre ganar el mundo, si pierde su alma.
2. Aquel que pierde dinero, pierde mucho, aquel que pierde un amigo, pierde mucho más, aquel que pierde la fe, pierde todo.
3. El guardar bien ya es ganar.
4. Cuando pierdes, no pierdas la lección.
5. El amor es como una escuela, en la que tu maestra es la experiencia, aprendes cuantos tipos de personas hay, que errores no cometer, aprendes a perder, aprendes a ganar, aprendes a amar… el amor es una escuela, de la que nunca te graduarás.
6. El ganar es ventura y el conservar, cordura.
7. El perder con paciencia, enseña a dar con liberalidad.
8. El verdadero medio de ganar mucho, consiste en no querer nunca, ganar demasiado.
9. En la vida no gana el mejor, gana el que sabe ganar.
10. Es imposible ganar, sin que otro pierda.
11. Estuvo difícil. Es la forma en que está todo, cuando hay guerra. Se puede ganar o perder, vivir o morir y la diferencia es justo una pestaña.
12. Hay dos clases de virtudes: las que hacen ganar el cielo y las que hacen ganar la tierra.
13. Hay mucho que ganar y poco que perder.
14. Jamás se pierde, el bien que se hace.
15. Juego honestamente y juego para ganar. Si pierdo, tomo la lección.
16. La pérdida de nuestras fuerzas, es debida más bien a los vicios de la juventud, que a los estragos de los años.
17. Las tragedias son una herramienta para ganar sabiduría en la vida, no una guía para vivir.
18. Lo que habéis heredado de vuestros padres, volvedlo a ganar a pulso o no será vuestro.
19. Locura es no guardar, lo que sudores, cuesta ganar.
20. Los pobres y la clase media, trabajan para ganar dinero. Los ricos hacen que el dinero, trabaje para ellos.
21. Más vale caer con honor, que ganar con fraude.
22. Nadie se ha perdido aún, en un camino recto.
23. No hay como el orden, para enseñar a ganar tiempo.
24. No se puede ganar una guerra, como tampoco se puede ganar un terremoto.
25. No trabajas para ganar dinero, sino para justificar la vida.
26. Para ganar, lo primero que hay que hacer, es llegar y trabajar.
27. Quieren ganar con méritos ajenos.
28. Un arreglo tiene el apostar para siempre ganar: no apostar.
29. Uno a ganar y cinco a gastar; milagrito será ahorrar.
30. Vencer sin mérito, es ganar sin esfuerzo.
Interesante artículo de "todo por la familia".
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